El Préstamo

Mientras les preparo unos Enigmas de los más misteriosos e interesantes , permítanme presentarles otra historia de horror sólo aquí en Enigmas.No tengo el dinero-se decía Juan, pareciendo una fiera enjaulada,no sé que podré hacer ? si no pago ,mi casa pasara a aquel hombre, atormentado,desgastado y preocupado por la necesidad, revisa desde aquella primera vez que lo recibió aquel contrato, el cual misteriosamente su escrito se había tornado rojo, y las letras le parecian hasta borrosas,?qué paso aquí?- se pregunta, juraría que la tinta era azul, y lee con mucha dificultad la clausula que dice :después de 15 días ….de no pagar la cantidad de…. los preciados bienes pasaran al portador Don Santiago Martínez , y hoy a las 12 pm se cumple se decía , mañana estaré sin cobijo, son 8,000 dólares que no pude juntar y aunque este a salvo de impuestos no podré conservar la casa.Mas que atormentado por sus problemas , comprobó que nada le apetecía , pero si se tomo una botella del ron más barato que encontró , ahora su salud pasaba al campo del desinterés.

Por mas que quiso conciliar el sueño , no pudo y cuando el reloj dio las 12 pm supo que ya no había que hacer,fue entonces que escucho toquidos fuertes e insistentes en la puerta, a regañadientes abrió y se encontró cara a cara con su acreedor que traía una fuerte y picara sonrisa-pero don Santiago apenas han dado las 12-dijo extrañado, lo sé dijo aquel personaje misterioso –?tienes el dinero? pregunto , pues la verdad no , se que ahora es el dueño de mis bienes mas preciados –dijo resignado , lo soy –dijo aquel hombre al cerrar la puerta, leíste bien el contrato?-le pregunto, a lo que aquel pobre hombre solo asintió –ahora –le dijo soy dueño de tus bienes mas preciados incluso de tu alma….sólo un grito ahogado se escucho a través de la noche .

A la mañana siguiente , todo era normalidad , don Santiago en su lujosa oficina, su secretaria entrevistando y pidiendo requisitos, personas que salían con contratos bajo el brazo sonrientes y hasta felices con un jugoso cheque entre las manos, y en aquella casa , ahora de aquel prestamista , sólo queda un recuerdo de su antiguo dueño , un solo zapato chamuscado , y un fuerte olor a azufre.

Literalmente en las letrillas pequeñas esta lo que nadie quiere que sepamos, y ni hablar de aquellas palabras con doble sentido.